Revista ASFALTO Y PAVIMENTACION

California dreamin' verano del 2024

18/10/2024
California dreamin' verano del 2024

Andrés Pérez de Lema

Editor Revista Asfalto y Pavimentación

 

La carretera está viviendo el cambio más radical y transformador desde que a principios del Siglo XX los coches de caballo dejaran paso a los vehículos a motor.

Como es costumbre en nuestra piel de toro, esto nos va a llegar tarde, de rebote y con apriorismos de cuñado acodado en la barra de un bar. Porque como aquí lo sabemos todo y de todo sabemos, no nos vamos a dejar influenciar por el conocimiento, la lectura o el viajar que tanto daño han hecho a nuestras carpetovetónicas mentes.

Este verano he tenido la ocasión de dar un salto cuántico “emocional” (para los de la LOGSE: cambio de estado de un electrón que pasa de un nivel menor a otro mayor) además de un salto de charco y llegarme hasta la soleada California para comprobar in situ que el mundo de la carretera, tal y como lo conocemos va a dejar de existir.

El coche eléctrico que en España sigue siendo considerado como puro esnobismo de los Boomers y Generación X, en Los Ángeles han invadido literalmente las calles.

Doquiera que fuera y solicitara un transporte por ese enorme plató de cine que es LA, me llegaba un Tesla con cualquiera de mis plataformas que conectan a quienes conducen y realizan entregas con usuarios y clientes. Doy mi palabra de Boy Scout que en toda la semana no pude ser testigo de ni un solo “Taxi” convencional, es más, ignoro el color, forma y/o los distintivos que pudieran tener. Lo que dejó hacerme girar la cabeza como un “Redneck” cada vez que veía una Cybertruck o un Waymo fue la frecuencia y asiduidad con la que me los cruzaba, del mismo modo que me iba topando con estaciones de carga y super cargadores que permitían a mis conductores, recargar en 30 minutos por “ten bucks” para disponer de una autonomía de más de 500 kilómetros y una capacidad de carga del 84% con 8 años en circulación.

No es pues de extrañar que las ventas de vehículos eléctricos en California en el segundo trimestre aumentaron un 70% con respecto al mismo período de 2022. El resto de Estados Unidos lleva solo tres años de retraso con respecto ellos. Los cálculos más razonables estiman que una cuarta parte de las ventas de coches en Estados Unidos podrían ser eléctricos para 2026.

La Inteligencia Artificial para recoger la información de usuarios y las propias infraestructuras con la velocidad de los 5G para que puedan interactuar es una realidad aunque aún permanecerá ralentizada por la antigüedad de nuestro parque automovilístico. Puede que las continuas limitaciones a la circulación que se van implementando en nuestras ciudades vayan en- caminadas a eso precisamente.

Una sencilla prueba de que la IA nos queda todavía un poco grande, es la reciente revocación de los 6.000 permisos de las tres empresas concesionarias que hasta ahora explotaban el servicio de patinetes eléctricos en la capital, debido a los incumplimientos de las condiciones impuestas por el consistorio para el ejercicio de su negocio que consistían básicamente en poder sombrear las zonas destinadas a peatones y que la conectividad de los equipos permitiera su desconexión en cuanto las invadieran.

El imparable fenómeno Waymo, (propiedad de Alphabet, la compañía matriz de Google) publicita sus vehículos autónomos como “los conductores más experimentados del mundo”. Estos “robotaxis” tienen 7 veces menos siniestralidad que los “carros manejados por gringos”, por mucho ruido e intoxicaciones que quieran hacer las Asociaciones de conductores profesionales, lo que provoca que haya una lista de más de 50.000 personas que quieren circular en uno de ellos. Huelga señalar la propia utilidad de los Waymo para ir auditando y avisando en tiempo real las condiciones del firme por el que circulan.

No queda tan lejos pues uno de mis sueños más narcisistas en cuanto la IA, el Alcalde y mi futuro Tesla me lo permitan y este no es otro que ser llevado de forma autónoma a mi restaurante favorito, ordenar a mi “Tesli” que regrese al parking de casa el solito y que vuelva a recogerme cuando haya decidido poner fin a la degustación de caldos y viandas para ser acunado en mi retorno autónomo a casa con los acordes que compusieran allá por 1963 en Nueva York, John Phillips y Michelle Phillips inspirados por la nostalgia de su Long Beach natal en California...

 

All the leaves are brown (all the leaves are brown) 

And the sky is gray (and the sky is gray) 

I've been for a walk (I've been for a walk) 

On a winter's day (on a winter's day)

If I didn't tell her (if I didn't tell her) 

I could leave today (I could leave today) 

California dreamin' (California dreamin') 

On such a winter's day (California dreamin') 

On such a winter's day (California dreamin') 

On such a winter's day

 

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