El aumento de la presión fiscal sobre el sector de alimentación y bebidas tendría graves efectos económicos y sociales, según los datos del Informe sobre fiscalidad y alimentación de la consultora PwC, elaborado a instancia de Aecoc, ACES, Anged, Asedas, Hostelería de España, Marcas de Restauración, Promarca y FIAB.
Según datos del Estudio, en España una subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas tendría impactos negativos en la economía. También repercutiría gravemente en la cadena de valor agroalimentaria (sector agrario, industria, transporte, distribución y restauración). El incremento del tipo de IVA para determinadas categorías de productos podría suponer para la economía española una caída de la facturación de cerca de 120 millones de euros, una pérdida de Valor Añadido Bruto de 110 millones de euros y una destrucción de casi 2.000 puestos de trabajo.
“El posible incremento del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas del diez por ciento al 21 por ciento, medida incluida en el Plan Presupuestario remitido por el Gobierno a la Comisión Europea, entra en contradicción con el anuncio que había realizado el Ejecutivo en contra de aumentar las cargas impositivas en un momento delicado para la reactivación del consumo en nuestro país”, aseguran fuentes de la cadena alimentaria.
Los impuestos no cambian hábitos de consumo
En relación al anuncio del Gobierno de que esa subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas es una medida para favorecer hábitos más saludables, el Informe de PwC señala que “la evidencia científica basada en la experiencia de países que han implementado impuestos a alimentos y bebidas con el objetivo de mejorar la salud demuestra que la política fiscal utilizada para resolver el problema de la obesidad es limitada, inconcluyente e incluso lo han eliminado por los efectos negativos que tiene sobre la actividad económica, el empleo o la equidad”.
Así, en Francia y México, tras seis años de aplicación del impuesto a las bebidas azucaradas, no muestra hasta el momento ningún efecto en términos de reducción de sobrepeso y países como Dinamarca, Eslovenia, Australia y Colombia lo han eliminado por ineficaz y negativo para el conjunto de la economía.