Los lácteos no pueden faltar en la dieta de los deportistas, ya que proporcionan proteínas de alto valor biológico, son fuente de calcio y otros nutrientes de gran interés, y también, en el caso de la leche, de hidratación, subrayan los expertos que colaboran en la campaña de información de la Organización Interprofesional Láctea (Inlac), que promueve el consumo de al menos tres lácteos al día.
En general, los lácteos tienen un perfil nutricional equilibrado y su consumo conlleva un contenido moderado de hidratos de carbono, que tienen como principal función el aporte energético. Riboflavina, niacina, vitaminas B12, A, o C y minerales como potasio, zinc, fósforo o yodo son algunos de los otros componentes que aportan los lácteos.
Gregorio Varela Moreiras, presidente de la Fundación Española de la Nutrición y miembro del Comité Científico del Programa Europeo de fomento del consumo de lácteos desarrollado por Inlac y la UE, recuerda que los deportistas tienen necesidades de alimentación especiales, y que deben personalizarse, siempre que sea posible.
Tal y como destaca este catedrático de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia y Director del Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud de la Universidad CEU San Pablo, las proteínas de los lácteos tienen alta calidad biológica, es decir, son altamente aprovechables para el fortalecimiento y el mantenimiento de la masa muscular. Los deportistas también deben tener un adecuado aporte de calcio y otros minerales y vitaminas. En este sentido, Varela remarca que el calcio, que aportan fundamentalmente los lácteos, es clave para mantener una buena estructura ósea, rendir mejor en la actividad deportiva y reducir el riesgo de lesiones. Igualmente, supone una garantía para la salud ósea del deportista a lo largo de su vida.
“Los deportistas tienen que cuidar siempre su hidratación” y, en este sentido, “la leche es muy recomendable”. Por ejemplo, añade Varela, “después de una solución oral, la leche es la mejor opción para la hidratación de nuestro organismo”, agrega el catedrático. Y es que, durante la realización de una actividad física, suele producirse una mayor pérdida de fluidos.
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