En el anterior informe Euroconstruct se preveía que 2023 y 2024 serían años difíciles para el sector en Europa, con problemas tanto por parte de la oferta como de la demanda. sin tratarse de una caída extrema, la contracción de la vivienda de nueva planta conduce a un ciclo negativo de dos años.
Euroconstruct es un grupo independiente de análisis formado por diecinueve institutos europeos, que cada año celebra dos conferencias, con la finalidad de presentar sus informes sobre la situación actual y futura de los mercados de la construcción, incluyendo la edificación residencial y no residencial y la ingeniería civil, tanto en lo referente a la obra de nueva planta como a la de rehabilitación. La conferencia de invierno se celebró en Amsterdam durante el pasado mes de junio, a instancias de la entidad EIB, el miembro neerlandés del grupo.
Situación y previsiones en Europa
En el anterior informe Euroconstruct se preveía que 2023 y 2024 serían dos años complicados para el sector construcción europeo, con problemas tanto desde el punto de vista de la oferta (costes muy altos, tanto los de ejecución como los financieros) como de la demanda (principalmente la privada, pero la pública empieza también volverse vulnerable). A medio plazo, se confiaba en que la situación empezase a remontar en 2025, de manera que el bienio 2023-24 no sería la antesala de una auténtica recesión, sino un paréntesis durante el cual el sector se replegaba a posiciones más prudentes mientras el entorno se iba normalizando.
El nuevo escenario que se ha publicado tras la reciente reunión de Euroconstruct mantiene, en esencia, el mismo relato. Sin embargo, introduce un cambio notable: habrá pérdida de producción durante ese paréntesis 2023-24. El sector europeo de la construcción se encamina a cerrar el ejercicio 2024 hasta un 1,8 por ciento por debajo de 2022, expresado a precios constantes. No es una caída extrema pero, como referencia, en el mismo bienio se confía que el PIB europeo crezca un 2,6 por ciento.
Entrando en el detalle por países, se esperan bastantes excepciones al comportamiento promedio de contracción durante 2023-24. Un grupo de seis países cuyo mercado conjunto equivale a un tercio del total Euroconstruct tienen posibilidades de mantener sus niveles de producción. Dentro de este segmento aparecen dos pesos pesados como Francia y Reino Unido. Otro grupo más pequeño, en donde está España, aspira a crecer en torno al cinco por ciento a lo largo de dichobienio. También hay excepciones en clave negativa, como los cinco países que prevén contraerse más de un seis por ciento y que, debido a que incluyen a Italia y a los Países Bajos, suman prácticamente una cuarta parte del mercado Euroconstruct.
El empeoramiento de la previsión para el sector construcción es consecuencia casi en exclusiva del empeoramiento de la edificación residencial de nueva planta. Las ventas se resienten después de que en 2022 los tipos de interés de las hipotecas se duplicasen en la mayoría de países europeos y se triplicasen en Finlandia, Eslovaquia, Suiza y el Reino Unido. Los precios llevan ya unos trimestres bajando y ha llegado el momento de replantearse hasta qué punto es sensato poner en marcha toda la cartera de proyectos que hasta hace poco se creía que el mercado absorbería sin problemas. Los países nórdicos y los del este, que en algunos casos ya padecían síntomas de sobrecalentamiento, se han replegado con mucha intensidad en los últimos meses. De ahí que la previsión de producción para 2023 refleje una bajada del -6,1 por ciento, prácticamente igual a la sufrida en 2020. La intensidad y la inmediatez de este ajuste permitirá que en años posteriores no sea preciso seguir recortando mucho más, de manera que la previsión para 2024 se limita al -2,7 por ciento y la proyección para 2025 se sitúa en +0,2 por ciento.
La edificación no residencial podrá atravesar el bie-nio 2023-24 sin que la producción sufra pérdidas significativas, pero tampoco sin experimentar avances significativos (0,2 por ciento en 2023 y 0,9 por ciento en 2024). Pese a estar sometido a idénticos condicionantes negativos que la vivienda, el no residencial no necesita reajustar la oferta a la baja con tanta urgencia porque ese reajuste ya viene produciéndose desde la pandemia. En efecto, la producción residencial al cierre del 2022 aún se situaba un 6,4 por ciento por debajo de la del 2019, con tan solo tres nichos de mercado por encima: la logística, la construcción industrial y los edificios de uso sanitario. Por tanto, con las oficinas y la construcción comercial descolgadas de la recuperación, el subsector no residencial no requiere contraer tanto la producción para adaptarse a la actual situación de demanda precaria y de rentabilidad incierta. La proyección del 2025 (2,1%) es más expansiva que la de la vivienda, pese a detectarse un cierto agotamiento del nicho de la logística, incapaz de prolongar por más tiempo su ciclo de alto crecimiento.
El empeoramiento del entorno no ha hecho mella en la previsión para la ingeniería civil, en donde se concentran las mayores expectativas de crecimiento. En sentido estricto, la previsión no contempla grandes avances (entre el 2,3 y el 2,5 por ciento anual para 2023-25) pero bastan para superar a los de los otros subsectores y a la propia previsión para el PIB europeo. Un extra de fortaleza que tiene mucho que ver con que la ingeniería civil ya tenía previsto un ciclo de crecimiento que compensase la relativa austeridad de la década de los ’10. La irrupción del covid, la invasión de Ucrania y los subsiguientes shocks en la economía no solo no han interrumpido este ciclo favorable a las infraestructuras, sino que todavía lo han dotado de mayor propósito. Con respecto al informe anterior, la infraestructura ferroviaria continúa siendo el nicho más expansivo. Y la infraestructura energética revisa al alza la previsión, prueba de que se están tomando medidas para hacer posible la desconexión de las energías fósiles de Rusia.
Situación y previsiones en España
Aún no se han despejado los obstáculos que complicaron, durante todo 2022, el flujo habitual por el que los proyectos generan producción, a los que ahora se suma un encarecimiento del crédito. Sin embargo, existe unanimidad en considerar que los factores causantes del colapso de 2008 (altos niveles de producción, exceso de stock, recalentamiento del mercado inmobiliario) no son ahora particularmente preocupantes. Tal y como suele ocurrir siempre que cambia el ciclo, conviven indicadores de diferente signo: estancamiento del consumo de cemento, retroceso de la ocupación, aumento de la afiliación, mantenimiento del volumen de cartera de proyectos de edificación de nueva planta, potente repunte de la licitación pública. Puesto que, además, se cuenta con la valiosa red de seguridad que proporciona el NGEU, el sector de la construcción español tiene posibilidades de esquivar el retroceso que se ha anunciado para la mayoría de Europa; eso sí, a cambio de ir creciendo cada vez menos: del 3,2 por ciento previsto para 2023 la producción se iría desacelerando hasta el 1,5 por ciento en 2025.
De la misma manera que el subsector de la edificación residencial es el principal responsable de la contracción que se vive en el sector europeo, constituye también el principal motivo por el cual el sector español se mantiene en positivo. Por el momento, no se percibe una excesiva inquietud por el cambio de signo en el mercado inmobiliario. El descenso de la compraventa se interpreta como una especie de vuelta a la normalidad: la euforia del 2021 y primera parte del 2022 fue una anomalía, espoleada por la amenaza de subidas de tipos, el ahorro embalsado y el regreso del comprador extranjero. Pese a que ya se han agotado esos vientos de cola, los promotores no han recortado su cartera de proyectos en 2022, lo cual no hace temer por la continuación del crecimiento en 2023 (2,5%). Aún hay muchas incógnitas sobre lo intenso que puede ser el repunte de la promoción pública, pero en un mercado con volúmenes modestos, podría desempeñar un papel estabilizador en los siguientes años, suficiente para mantener al subsector en la zona positiva, aunque no tanto como para evitar la desaceleración (2% para 2024, 1,5% para 2025)
El subsector de la edificación no residencial es el único que ha iniciado el 2023 sin haber recuperado el nivel de producción de 2019, consecuencia de una superposición de circunstancias negativas, tanto antes de la pandemia (poco dinamismo en comparación con la vivienda), durante (las restricciones fueron muy lesivas para comercio y ocio) y después (se beneficia más tangencialmente de los estímulos del NGEU). La incertidumbre económica ha provocado que todos los actores de este mercado adopten una actitud prudente. Los clientes finales están contratando tan solo el espacio que les es imprescindible. Y a los inversores no les ha pasado desapercibida la mejora la rentabilidad de la deuda pública y están rechazando los proyectos incapaces de ofrecer un retorno parecido. La previsión contempla un mínimo crecimiento, oscilando entre el 1,5 y el dos por ciento entre 2023 y 2025, reflejando una prolongación de la situación de relativo equilibrio de estos últimos años: se construye tan solo lo justo para ir cubriendo los nichos de demanda que van surgiendo que, dependiendo de los casos, se resuelven con construcción de nueva planta o con rehabilitación.
La ingeniería civil es un ejemplo claro de esa mezcla de señales contradictorias antes mencionada. Por una parte, la licitación ha alcanzado cotas que no se presenciaban desde 2010, consecuencia de la movilización de los fondos NGEU. Sin embargo, no se está consiguiendo poner en marcha la totalidad de esta obra porque las constructoras ven demasiado riesgo en presentar ofertas ya que los presupuestos calculados con los precios previos a la adjudicación quedarán rápidamente desfasados y la mayoría de las administraciones no están dispuestas a renegociarlos. Pese a todos estos obstáculos, el volumen de demanda ha crecido tanto (eso sí, partiendo de unos niveles base muy discretos) que la previsión para la ingeniería civil es la más expansiva de todo el sector construcción: 4,5 por ciento en 2023 y si realmente se consigue apurar al máximo los plazos y los criterios de selección de proyectos del NGEU, se aspira a alcanzar el 3,8 por ciento en 2024 y el 2,5 por ciento en 2025.
Próxima cita de seguimiento del sector
La siguiente reunión del foro Euroconstruct se celebrará los próximos días 30 de noviembre y 1 de diciembre en Dublín, y será organizada por Ernst & Young, el miembro irlandés del grupo. Los expertos de los diecinueve países de la red Euroconstruct presentarán sus conclusiones relativas al seguimiento de la marcha del sector, junto con las perspectivas hasta el año 2026. El programa definitivo se dará a conocer en la página web www.euroconstruct.org.
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